ARREBATOS
prefiero prepararte
para empezar a amarnos.
Dejar que las cosas sean
y estimular el momento
para al final terminar ufanos.
Cuanto deseo poner mis labios
frente a frente con los tuyos
e intentar crear un beso.
Pero no cualquier beso,
deseo uno que sepa a ganas mutuas,
a gritos desesperados
para detener el tiempo
y dejar que el amor nos haga.
Empezar en tus labios
y deslizarme despacio hasta tu vientre,
proveerte de caricias a tientas
entre atrevidas y tiernas.
Provocarte!... Si, hacerlo!
Hasta que tus piernas
me inviten a reposar sobre ellas
y se deslicen al unísono con las mias.
Dejar que la temperatura suba,
que mis labios aún detenidos en tu vientre
se atrevan a continuar hacia abajo
y terminen entre tus muslos.
Que el contoneo de tu cuerpo
al ritmo de sutiles gemidos
sea el único compás posible
cual olas en un mar despierto.
Que hagamos de un momento la eternidad
y que dicha eternidad sea
la que nos obligue a reencontrarnos,
como un todo pasional,
sin miedos, sin vergüenzas.
Con el tan solo coraje de no resistirnos,
que no haya espacio para dudas y que,
nuestro momento perfecto sea próximo.
Que sin darme cuenta
mis manos extraviadas, ataviadas,
lleguen hasta tus pechos,
que los estrujen volviendolos ávidos.
Que nuestros cuerpos desnudos se fundan,
se veneren, se sientan invadidos.
Que tu voz me sussurre cariños al oído
y que me pidas más...
Que yo no pare de descubrir a la mujer
a la amante a la compañera,
para que intuyas que solo puedo ser tuyo
y que te necesito mía.
Carsot.