domingo, septiembre 10, 2006

Al ver que van a acabar!


Eran, aquello que se acostumbra a denominar ”tiempos duros”; papá en medio de un conflicto laboral en la empresa donde trabajaba (huelga solidaria), mamá arreglándose milagrosamente como llenar las ollas y alimentarnos a sus tres hijos, yo?...
No mas allá de los diez años, aún un poco torpe en cuanto a entender el porqué de las cosas, pero suficiéntemente conciente de que habían problemas.
Mi madre, sin otra preparación academica o laboral, que no fuera la habilidad y fuerza de sus manos para hacer cualquier actividad domestica que se le presente y por medio de ellas buscar el sustento diario para su hogar. Acostumbraba acudir al lavado o planchado de ropa ajena, la cocina, o, a su vez tratar de empezar algún negocio despues de reunir su pauperrimo capital que no siempre progresaba, ya que los gastos eran mas fuertes que las ganancias y así de esa manera los proyectos terminaban cerrándose, postergándose, reabriéndose y en fín, con la vida por delante.
Teniamos por costumbre, en los tiempos mejores, acudir a proveernos de los viveres en un mercado situado al norte de la ciudad (Iñaquito) y es de ahí donde quiero extraer esta vivencia que la mantengo como un recuerdo bastante aleccionador y que es de las cosas en las que he sentido que la vida me ha puesto en prueba y por delante retos que he tratado de cumplirlos como un requisito indispensable de diferencia.
Aquella tarde de domingo, recibí el encargo de mi mamá, de acudir hasta el mercado y con una lista bastante reducida, así tambien el dinero, comprar lo más indispensable o básico en una despensa de una familia común, corriente y en apuros como nosotros . Al azar mencionaría productos como el arroz, el azucar, las papas, el fideo, la harina y la manteca.
En realidad nuestra dieta estaba reducida a estos ya mencionados, que si bien no eran muchos sin embargo llenaban nuestro estomago y alimentaban nuestra esperanza en la llegada de los “días mejores” .
Nunca nos sentamos a esperar esa esperanza de brazos cruzados, siempre entendimos que lo nuestro, era un reto detras de otro y que si una puerta se cerraba otra abriríamos.

En aquellos tiempos el Ecuador era gobernado por la flecha verde (Hurtado-Roldos), lo que en estos dias conocemos como UDC listas 5, antes DP, mismo partido que llegó al poder por voluntad ciudadana años más tarde nuevamente con el binomio Mahuad-Noboa , recordados por todos nosotros. Verdad?.
De aquellos años tambien recuerdo al diputado Febres Cordero, más tarde tambien favorecido por la confianza de la democracia en Ecuador. Y en fín la lista de caras y nombres seguro a todos nos suenan y parecen conocidas, por eso solo para citar mencioné aquellos.
De aquellos años tambien recuerdo las estrofas de una canción que dice así:

Que nuestra patria ha cambiado
es de todos bien sabido
pues no hay quien no haya notado
los abusos cometidos.

Y botaron la pelota
al permitir la inflación
y hoy en nuestra nación
ya no hay ni papa chola.

El alto costo de la vida
se encuentra tal elevado
que solo los potentados
pueden conseguir la comida.
Y con lo que gana Juan
en un día de trabajo
no alcanza ni para el pan
que buena vaina carajo!.

Entonces mi historia familiar era lo que para muchos; igual que en la canción!.
Y lo triste y lamentable de todo es que si las cosas eran así por aquellos años de mi niñez hoy cuando adulto no puedo identificarla diferente en el contorno social, así como tampoco puedo ubicar nuevos rostros o alternativas, sino las mismas del discurso repetitivo de siempre. De ese “siempre” en que la obligatoriedad de vivir en democracia nos conlleva a escoger entre los mismos rostros y discursos de pan techo y empleo o jama, caleta y camello!.
Y por qué esto?, ahí esta desde mi punto de vista el principio del meollo en el asunto, la falta de un cuestionamiento serio y una participación activa en lo que debe ser nuestra responsabilidad diaria. Fijar cuál va a ser nuestro rumbo y no como lo hacemos ahora, buscar quien fije nuestro rumbo.
Mientras no empecemos a entender nuestro deber de participación dentro de esta figura que denominan democracia, no nos queda otra que continuar entonando los versos populares de la canción mencionada.
La democracia no es un derecho, es una obligación, es una obligación que detras de una lucha diaria nos conllevara a disfrutar de los derechos y no como en estos días a solo esperar y legitimar algo que no entendemos y que quienes lo entienden terminan convirtiendose en complices de una condena a la que parecemos designados.
Es mejor que sea puntual en esta apreciación de quienes se convierten en complices, por ejemplo: aquellos ciudadanos y profesionales de la comunicación social que a la vista de nosotros sus interlocutores parece que todo lo entienden, por que todo lo discuten, se nota la soberbia y el ánimo encontrado que presentan, da la impresión que se han convertido en los unicos potenciales detractores de las mafias políticas, sín embargo, cabe recordar que muchos de ellos aparecen a la vuelta de la esquina esquilmando y usufructuando del poder al que retan, caso Carlos Vera ex Ministro de Turismo y los otros tantos que luego aparecen como voceros oficiales de los regimenes de turno via Secretarias de Información o Comunicación, jéfes de campaña o simplemente candidatos caso Jairala, Larreategui, Ortiz, Harb, entre otros que si hacemos memoria, estan entre nosotros y nunca han dejado de manipularnos con un sentido comercial de información.
Mezclados, revueltos, ayer entre conservadores, hoy entre socialcristianos, mañana como populistas socialdemócratas y pasado de independientes, verdad?.

Aquella tarde de domingo, acompañado de mi hermana de dos años mientras salíamos caminando con nuestras bolsas descubrimos que entre el sendero de la feria descansaban olvidados, descuidados, botados!: mellocos, rabanos, cebollas, remolachas, zanahorias, tomates, ninguno de ellos podridos o maltratados simplemente como peces en busca de un anzuelo y la necesidad nos obligó a extender dos pequeños y llenar con inocencia y alegria el resto de espacio que nuestras bolsas tenian disponibles.
Mi madre lloró al escuchar la historia y mirar el resultado, fue la primera y la última vez que hicimos aquello y me siento orgulloso de haber reaccionado de esa manera y aunque en estos días no lo necesito, sin embargo de ser “otros tiempos” lo haría con orgullo. Ahora que soy padre entiendo el por qué? de la reacción de mi madre; porque yo no quiero eso para mis hijos, quiero para ellos días mejores, quiero proveer a sus barriguitas de alimento, a su mente de sabiduría y a su corazón de ternura. Quiero que sus manos sean justas para repartir y fuertes para seguir la lucha del mañana.


Para no parar la cuenta
les digo con sensatez
que hoy nuestra patria es
democracia al revés.

Con el final de esta encuesta
no podemos proseguir
nos vayan a prohibir
todos los cantos protestas señores


Gracias le queremos dar, señor gobierno...

karelec@yahoo.com