martes, abril 26, 2016
Pequeño dolor, o grande tal vez? Intrigante al
fin y al cabo, pero tan profundo, tan cruel.
Será posible que? La autosugestión desarrolle
control sobre la realidad y convierta una pasión en un desgarro lacerante capaz
de hundir al individuo en propios bríos?
Que vacío de ti, que falta de estímulo para
pensar con coherencia extrema y justa. Imagina que a bocanadas te imploro mía y
tú no pretendes siquiera al menos cubrirme con franquezas y me otorgas
silencio, como si este no equivale a mil puñaladas juntas en la misma herida.
Acaso no tengo el unísono derecho de
convertirme en fugaz? Aunque eso denote falta de amor propio, que en la burda
lógica en la que me mantienes significa algo a mejor que nada. Dependiente de
migajas, de retazos, de lo que sobra en la mesa de la opulenta indiferencia.
Me haces la pieza menos protagonista, la que
juega el rol de la más ignorada? Porqué serte fiel? Porqué quererte? Porqué idolatrarte?
Porqué gastar en ti el tiempo si te
complace hacerme nadie?...
Simplemente porqué escribirte y porqué desnudar mis palabras ante unos ojos esbirros
de lujuria? Ojos cunas de la miel y valle del hastío. Y a quién si no a este
dolido y viejo corazón debería culparle, verdad?
Quizá aún no aprendo, ruedo y tropiezo, como
condena de un destino atónito, que se me cuela por entre los dedos.
Crees que aún tengo algo más por decir?...
Así estoy; así esto me tiene. O así tú me
tienes a mí!... En el universo de los porqués sin el derecho a una simple
respuesta...
Será que?
(carsot 2016)